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    El Estambul que conquista los sentidos

    Por el 11 septiembre, 2017

    Aunque durante un tiempo parecía que Estambul pasó a un segundo plano a nivel turístico, lo cierto es que, cada vez más, vuelve a ser un destino al que los turistas dan la oportunidad para enamorarse de él.

    A caballo entre Oriente y Occidente, uno de los grandes reclamos de una de las ciudades más grandes de Turquía, Estambul se erige dispuesta a mostrar su belleza al mundo gracias a los atractivos turísticos, las visitas que se pueden realizar a algunos de los monumentos más bellos del mundo y también gracias a una cultura que, una vez se conoce, atrapa.

    Muchos no tienen claro el tiempo que necesitarían para descubrirla, pero depende del tipo de viaje que se quiera hacer. Estambul en tres días es posible si nos ceñimos a lo básico, aunque alargar la estancia te permitirá palpar mucho mejor qué tipo de vida, de alma y de cultura es la que predomina en sus rincones.

    Para conocerla de verdad, habría que remontarse a Bizancio e incluso a Constantinopla. Pero lejos de dar una clase de historia, veamos el legado de estos pueblos para entender por qué es una ciudad que acoge a todo tipo de viajeros que aterrizan en su aeropuerto. Acostumbrada a ser un nido en el que pueden reposar distintas culturas, Estambul cada vez ha pasado más a ser una metrópoli en la que las religiones se conjugaban de forma natural, no haciendo sentir extraño a nadie que llegara hasta ella.

    Qué ver en Estambul para poder decir que has estado

    Iglesia de Santa Sofía: la historia de este edificio comienza como una iglesia basílica ortodoxa, hecho que dura hasta el siglo XI, cuando se convierte en templo latino durante un par de siglos tras la conquista por los cruzados de la ciudad y su reconversión al catolicismo. Sin embargo, no acabó aquí su peregrinaje religioso, sino que a partir del siglo XV, pasó a ser mezquita, hecho que duró hasta bien entrado el siglo XX cuando ya, a la vista también del interés turístico, pasó a ser uno de los Museos más visitados de la ciudad de Estambul. Para darle contexto, la parte original de este monumento se construyó en el siglo IV, con lo que sus muros han visto pasar gran parte de la historia de la ciudad ante sus ojos.

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    Descubrir sus mosaicos, muchos de ellos realmente antiguos, es también mirar a los ojos buena parte de la historia del arte, algo que sirvió posteriormente como inspiración para muchos otros templos europeos. El arte bizantino, con su riqueza cromática, es uno de los reclamos para acudir hasta su interior.

    Mezquita Azul: separada de Santa Sofía por un jardín, esta es una de las Mezquitas más espectaculares, bellas y visitadas de la ciudad. Su construcción comenzó durante el siglo XVII, es decir, bastante más tarde que Santa Sofía, sin embargo, supo recoger lo mejor de las iglesias bizantinas y del mundo otomano para su diseño, haciendo de ella uno de los templos musulmanes más bellos de la zona. Sus cúpulas y semicúpulas harán que todo el que entre no pueda bajar la mirada de sus techos.

    La Torre de Gálata y El Cuerno de Oro son otras de las visitas básicas para comprender el pasado de una ciudad que, bajo su mirada, ha visto cómo han pasado y se han interesado en ella culturas dispares desde el inicio de los tiempos. La Torre, con sus casi 67 metros, fue obra de la colonia genovesa que vivía en lo que entonces se denominaba Constantinopla y resultó el edificio más alto de la ciudad, que se veía prácticamente desde todos sus rincones. Aunque la actual ni siquiera está situada en el mismo lugar que la original, destruida en el siglo XV, sí da una idea de la grandeza que tuvo ya que controlaba y cerraba la entrada del Cuerno de Oro, estuario que da entrada al Bósforo y desde donde las fotografías dejan sin palabras a los visitantes.

    El Gran Bazar y el Bazar de las Especias son sin duda, uno de los grandes reclamos del turismo por su grandeza, por la oferta de productos que allí se concentra y por la experiencia de sentirse en un laberinto donde cobran vida todos y cada uno de los sentidos.