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    4 motivos para llegar al Sendero de los Gobbins en Irlanda

    Por el 16 noviembre, 2015

    Cierra los ojos un momento. Piensa en Irlanda. ¿Qué te viene a la mente? Exacto, paisajes verdes, acantilados y un país lleno de historia que mostrar.

    Sin duda, cualquier momento es perfecto para planear una visita a alguna de sus principales ciudades, pero hoy queremos ir un paso más allá y que descubras uno de los rincones más especiales de la Isla.

    Acompáñanos hasta el condado de Antrim, en Irlanda del Norte. En concreto, nos alejaremos unos 30 kilómetros de Belfast, una de las ciudades que todo visitante de este país recorrerá. Es hora de descubrir la costa. Es hora de descubrir el Sendero de los Gobbins.

    4 razones por las que llegar hasta este sendero

    1. Su cercanía con Belfast: no estamos pidiendo que te desvíes mucho de tus planes en Irlanda, aunque la verdad es que tampoco debería ser un mal consejo el dejarte llevar por los muchos rincones que esconde su geografía. Aprovechando que vas a disfrutar de este condado, no dejes de visitar Antrim, la capital de uno de los seis condados de Irlanda. Lo cierto es que es una ciudad con una historia bélica a sus espaldas ya que aquí se libraron algunas batallas que hoy en día forman parte de la historia pasada y no tan pasada del país. Aprovecha para disfrutar de una visita a sus castillos, tanto al de Shane como al de Antrim. También podrás disfrutar visitando la torre circular más espectacular de todo el país con sus 28 metros de altura y muy cerca de la llamada Piedra de las Brujas, un monumento prehistórico con gran carga simbólica.

    2. El Sendero: echa un vistazo al Mar de Irlanda, uno de los más famosos por las muchas historias que ha dejado en la tradición oral de la zona. Sitúate en la época eduardiana, en unos acantilados que cantaban cada vez que el agua rompía contra ellos. En 1902, un ingeniero de ferrocarriles llamado Berkeley Deane Wise comenzó a construir lo que hoy conocemos como el Sendero de los Gobbins, un sendero que colgaba unos 10 metros de las gélidas aguas del Mar de Irlanda. Aunque estuvo cerrado durante un tiempo del siglo XX, ha reabierto y merece la pena ponerse a prueba.

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    3. Vista única: al haber una parte del sendero que sobresale sobre el propio Mar de Irlanda, se ha convertido en un verdadero acuario marino donde poder disfrutar viendo las especies de peces más típicas de esta zona. Cuenta con llevar buen calzado porque no sólo tendrás que salvar los 100 escalones que te llevan hasta el propio sendero, sino que el recorrido de 3 kilómetros te recordarán la importancia de llevar unos buenos zapatos que te acompañen durante las 3 horas de tour guiado.

    4. Las vistas del Wise Eye: sin duda, el momento más espectacular y mágico de todo el recorrido. Escucharás el rugir de las olas, verás unas vistas que no podrás olvidar y es el cúlmen del sendero original, donde ver los acantilados desde un punto de vista único y donde las cuevas sumergidas parecen quedar a la vista para mostrar sus propios secretos.