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    Un destino medieval en suelo francés: Carcassone

    Por el 12 enero, 2016

    Tren-upitravel¿Eres un apasionado de la historia? ¿Te gusta visitar localidades con un claro estilo medieval? Entonces sólo tienes que poner rumbo a Carcassonne.

    Este pueblo francés está situado en lo que ya se ha llamado el triángulo entre Toulouse, Barcelona y Montpellier. Por cierto, otras tres localidades que te recomendamos desde aquí por su valor turístico y por lo mucho que descubrirás en términos históricos.

    Volviendo a centrarnos en la localidad francesa que nos ocupa, está ubicada en un lugar estratégico ya que por aquí pasaban caravanas que iban desde el Mediterráneo al Cantábrico para abrirse paso al Océano Atlántico.

    Más allá de todo esto, su cercanía con los Pirineos también la hicieron tener un enclave privilegiado durante siglos para la comunicación y descanso entre España y Francia.

    Si queremos remontarnos a su historia, debemos ir siglos antes de Cristo, en concreto hasta seis siglos. Es entonces cuando ya comienza a tener una trascendencia histórica por los devenires del viejo continente.

    Lo cierto es que si quieres conocer su historia, basta con pasear por sus calles para entender cómo las cruzadas, sus condes y la vida en aquella época era tormentosa.

    Hoy en día si quieres disfrutar de la visita a este pueblo francés, hay que echar un vistazo a su zona más medieval, donde aún hoy siguen viviendo algunas familias, y que destaca por sus más de 50 torres y sus más de tres kilómetros de murallas.

    Hay varios recintos que no debes dejar de visitar. La Basílica de St. Nazarie, rematado a mediados del siglo XII. A lo largo de la historia de este templo, llegó a ser considerada catedral, aunque perdió este nombramiento allá por el siglo XIX.

    Uno de los lugares más espectaculares que podrás visitar en Carcassonne es el Castillo Condal, que no sólo cuenta con foso como nos imaginaríamos un castillo medieval sino que destaca por sus torres redondas y la belleza de su ubicación.

    Pasear por la Palestra, que separa las dos paredes amuralladas también te hará imaginarte una época más que interesante en la que aquí habitaron, en el corredor que no supera los dos metros, los indigentes en busca de una oportunidad de asentamiento y que fueron expulsados en el siglo XIX.

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    Disfruta, pasea, abre bien los ojos y no te pierdas nada. Te aseguramos que disfrutarás al máximo con su historia.