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    Luces y sombras en el Río de Janeiro olímpico

    Por el 3 agosto, 2016

    Pensemos en Río de Janeiro para visualizar sus playas, lo más bello de la ciudad e incluso, si nos apuramos, el sambódromo y la alegría de los carnavales.

    Sin lugar a dudas, es su parte más turística, pero por desgracia, no la realidad total. A pocos días de que arranquen los polémicos Juegos Olímpicos en la ciudad, podemos echar un vistazo a las carencias de una ciudad que, pese a recibir cada año a miles de turistas, también sigue sufriendo la pobreza extrema y condiciones que, a veces, rozan lo inhumano.

    En realidad, desde aquí, no queremos ponerle sombras a la capital de la bossa nova, sino todo lo contrario, pese a las carencias, es necesario seguir apostando por el turismo en ella para conseguir mejorar las condiciones de vida de muchos brasileños que de ello dependen, incluida, también, su economía global.

    Empecemos por decir que un viaje a Río de Janeiro es algo que no olvidarás nunca. La bohemia que destilan algunos de sus barrios más visitados, los esfuerzos por adecuar su ciudad a las necesidades y demandas de los visitantes y los muchos atractivos que por sí tiene, bastan para convencer a cualquier viajero que quiera descubrir el país a una parada en alguna de sus fondas.

    El Barrio de Santa Teresa es uno de los barrios más pintorescos, con escaleras y fachadas coloridas que son únicas por las muchas fotografías que podrás tomar. Es aquí donde se encuentra uno de los hoteles más demandados, el Hotel Boutique The Villa Rio. Hablamos de un hotel de lujo con 11 habitaciones. Desde su azotea se puede ver la Bahía de Guanabara, pero también se puede ver el Cristo Redentor, verdadera imagen de un Río de Janeiro proyectado al mundo.

    Recorrer el malecón con las clásicas havaianas es otra experiencia que todo turista debe vivir. Además, los muchos bares que pueblan sus calles te permitirán probar sus manjares y algunas de las mejores cervezas de Sudamérica.

    Río de Janeiro es un destino único, con sus luces y sombras, pero que hay que conocer al menos una vez en la vida.