Los hoteles solo adultos, cada vez más en auge
Desde hace ya varios años la oferta hotelera se diversifica cada vez más. Y es lógico, teniendo en cuenta la competitividad del sector turístico español. Si antes nuestra decisión de cara a las vacaciones era elegir entre un hotel en la playa u otro en la montaña, ahora las cosas no son tan sencillas. Hoteles boutique, hoteles todo incluido, hoteles para niños, hoteles temáticos, hoteles especiales para parejas… y ahora hoteles solo adultos.
Su auge no está exento de polémica. Tal como han recogido algunos medios, la prohibición de colectivos determinados en una instalación turística puede sentar una peligroso precedente. Es realmente el primer tipo de hotel que prohíbe explícitamente la entrada de un colectivo de personas físicas en sus instalaciones, ya que otros tipos de hotel como los familiares o los románticos simplemente se limitan a describir la vocación de su alojamiento, pero permitiendo todo tipo de clientes.
Un dilema sin fácil solución
El argumento en contra más extendido reflexiona sobre si este no es un paso previo para discriminar por razones de raza o sexo en los próximos años. Otros también han hecho hincapié en que se trata de un problema más de educación que no de edad, puntualizando acertadamente que hay adultos que pueden hacer tu estancia en un hotel mucho más incómoda que ciertos niños pequeños. De hecho, no es la primera vez que surgen discrepancias en este ámbito. Hace unos meses también se generó una campaña en Twitter en defensa de una señora que sufrió el acoso de ciertos pasajeros en un AVE porque su bebé lloraba sin parar.
Sin embargo, el dilema es desde luego más moral y social que legal. Las empresas privadas tienen todo el derecho del mundo a decir quién entra o no en su establecimiento, mientras la ley no diga lo contrario. Se trata de una muestra de especialización de producto que por otro lado es necesaria, y más en un sector turístico tan competido como el que existe en España, siendo el único motor fiable y estable de nuestra economía.
La realidad es que los hoteles solo adultos están en un crecimiento constante y consiguen cada vez mejores resultados. Y es lógico. Del mismo modo que hay hoteles especiales para niños, una pareja de adultos tiene todo el derecho del mundo a garantizar una estancia tranquila en su alojamiento escogido, sin bebés llorando o niños gritando por los pasillos.
En cualquier caso, habrá que ver si la tendencia de este tipo de alojamiento sigue siendo positiva y atractiva para futuros clientes.