Alsacia, un destino para los meses otoñales

Entre Alemania y Suiza se sitúa una de las zonas francesas con más encantos para el turismo internacional. Esta prefectura francesa, capitalizada por Estrasburgo, es un lugar para descubrir a lo largo del año, pero aún más durante la época otoñal, cuando se vuelve incluso bucólica.

Cierra los ojos con nosotros un momento e imagínate las primeras imágenes del pueblo en el que vivía Bella, la princesa del cuento. Calles estrechas, fuentes, fachadas de colores…¡voilá! bienvenido a Alsacia. Con la luz que nos ofrece el otoño, esta imagen se vuelve única e irrepetible, de cuento de hadas, digna de una escapada romántica.

Los pueblos llenos de flores, los castillos medievales que evocan la historia de Centroeuropa, donde quizá más relevancia tuvieron los señores feudales por las propias anatomías del paisaje. Pero también, si te demoras un poco en el otoño, uno de los lugares más bellos en los que visitar los mercadillos medievales.

Su gastronomía, con el choucroutt como principal atractivo, regado sin duda con uno de los vinos blancos de la tierra, son sólo parte del reclamo de una zona rodeada de naturaleza que, con el ocre del otoño, se vuelve una estampa inolvidable.

Además, es un destino también único para viajar con niños, porque hay muchas ofertas para disfrutar con ellos al aire libre, cuna también del turismo rural, en el que podrán estar en pleno contacto con la naturaleza.

Delimitada por el Alto o Bajo Rin, te recomendamos que no pierdas la oportunidad de visitar los Castillos de los Vosgos del Norte, con fortalezas que evocan caballeros, armaduras y luchas territoriales, pero sin perder de vista la ocasión de estar cerca de la Abadía de Murbach, que data del siglo VIII y cuya conservación te llevará directo a un viaje en el tiempo, donde los detalles arquitectónicos hablan por sí mismos.

Un destino en el que plantearse escapar y quizá, nunca volver. Un destino único para un puente de otoño.