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    La República Checa de la UNESCO

    Por el 7 julio, 2015

    Cuando se piensa en República Checa, prácticamente se piensa en Praga, una de las ciudades más bellas de toda Europa. Pero lo cierto es que hay mucho más que visitar. La que en su día fuera el Imperio de la Gran Moravia y luego Reino de Bohemia visto cómo ha pasado por su territorio desde la Casa Austria hasta un renacimiento que dejó en su geografía un gran calado.

    Más allá del casco histórico de Praga, lugar de recomendada visita por la belleza medieval de sus edificios y porque serás capaz de imaginarte cómo sería la vida siglos atrás gracias a la conservación casi perfecta de espacios como el Castillo de Praga, el Puente de Carlos, el barrio judío o incluso las Catedrales, hay mucho más que descubrir en un país que lleva años posicionando sus destinos entre los más elegidos por los turistas.

    Buena cuenta de ello la dan los principales destinos elegidos para este verano, donde Praga se situaba en segundo lugar para los viajeros que apostaban por viajar al extranjero según la agencia de viajes online Travelgenio.

    Monumentos Patrimonio de la Humanidad en el país

    Siguiendo los pasos del río Vltava (más conocido fuera de República Checa como Moldava), se encuentra una ciudad renacentista en la que la parada es casi una obligación si quieres seguir los pasos monumentales del país. Se trata de Ceský Krumlov. Allí no parece haber pasado el tiempo, así que podrás probar los manjares gastronómicos de esta zona entrando en alguna de las tabernas medievales antes de darte un paseo y descubrir su Palacio.

    Cerca de aquí se encuentra la localidad que tiene el honor de decir que es una de las plazas más bellas de toda Europa. Razón no falta ya que es una ciudad donde el estilo renacentista italiano caló profundo y dejó muestras como la que podrás contemplar. Se trata de Telc.

    Es hora de llegar hasta una ciudad que, gracias también al Campeonato Mundial de Motociclismo. Hablamos de Brno, donde se encuentra la que fuera la Villa de Mies van der Rohe, considerada, además, una de las cuatro villas más bellas de todo el planeta. Entre viñedos en este mismo rincón checo podrás encontrar el increíble Palacio de Valtice, de estilo barroco, y el Palacio de Lednice, de claro estilo neoclásico.

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    Finalmente, no te olvides de dos localidades que, a menos de 200 kilómetros desde Praga si te decides por recorrerlas en el mismo trayecto, te sorprenderán por su belleza y por la historia que encierran en sus calles y rincones. Sí, nos referimos, como no podía ser de otra manera de Litomyls y Kutná Hora.

    En la primera de ella tendrás que tener en cuenta cuándo se celebra el Festival de Música Clásica dentro del recinto del Palacio ya que, desde luego, no serás capaz de no enamorarte no sólo de los sonidos sino del entorno. Además, muy cerca, te encontrarás con la Montaña Verde, uno de los espectáculos que, aún hoy, siguen asombrando a quien se acerca hasta aquí.

    En el caso de Kutná Hora, la Catedral de Santa Bárbara merece la pena ser visitada sin prisa alguna para no perderse ninguno de sus detalles. También deberás reservar tiempo para visitar el Osario de Sedlec.