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    La peregrinación a Lourdes en primavera

    Por el 3 mayo, 2016

    Con la llegada del buen tiempo, las excursiones vuelven a programarse prácticamente en todas las agencias. Una de las más demandadas en el mes de la virgen, mayo, es la que lleva a los distintos santuarios de nuestra geografía más próxima. Y si hay un lugar al que los fieles de la Virgen quieren acudir, es Lourdes.

    Lourdes, más allá del bello santuario del que hablaremos un poco más adelante, tiene un enclave natural privilegiado que también permite disfrutar de la naturaleza que rodea esta población del Pirineo francés.

    Historia de Lourdes

    Cuando en siglo XIX se hablaba de Lourdes, había que hacerlo de un pueblo casi perdido, analfabeto y que vivía con la tranquilidad de la zona. Sin embargo, desde que en el año 1858 se produjera en una de sus grutas, rodeada de las tradicionales rosaledas salvajes, una de las apariciones marianas. Fue Bernardette Soubirous, una niña pastora de una familia más que humilde, quien comenzó a sentir la llamada y las revelaciones en la gruta de Masse Vieille. Y, desde que se corroboró que la joven que veía era la Inmaculada Concepción tras las apariciones que se alargaron en el tiempo, la historia de esta pequeña población cambió para siempre.

    Junto con lo que ya se vino a denominar la Gruta de las Revelaciones, se comenzó a levantar un santuario para que todos los fieles pudieran llegar en peregrinaje a rendir pleitesía a su Señora para llevar a cabo algunas de las revelaciones: la penitencia, la oración, la vida en pobreza evangélica, las procesiones a una capilla que debería ser erigida…De hecho, bajo su dirección, Bernardette abrió un manantial del que hoy en día manan cien mil litros de agua diarios, que son uno de los grandes reclamos para los creyentes que buscan que se obre el milagro.

    Y desde entonces, hasta ahora, el pueblo ha pasado de ser casi desconocido a ser uno de los lugares a los que más católicos llegan en busca de una paz que la da el propio lugar y todo lo que se ha erigido en honor de la que acabara siendo llamada Nuestra Señora de Lourdes.

    El Santuario de Lourdes

    Lo que en el pasado fuera una pequeña capilla, gracias a todos los fieles, acabó convirtiéndose en un santuario con más de 22 lugares de culto por el que hoy en día transitan hasta seis millones de peregrinos al año. De hecho, es el segundo lugar de peregrinación más transitado por detrás del Vaticano.

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    La Gruta ya mencionada y la Basílica de Lourdes, de entre los lugares de culto, son los originales y, posteriormente, se fueron añadiendo construcciones eclesiásticas que conforman el remanente de «paz, luz y agua» de este enclave de los Altos Pirineos.