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    El Camino de Santiago del Norte, Patrimonio Mundial

    Por el 13 julio, 2015

    Todo el que se haya aventurado a hacer el Camino de Santiago sabe que tiene algo que engancha, que pese a la dureza de las jornadas, al dolor de articulaciones, al calor si se hace en verano y a la dificultad de ir con la mochila a cuestas, merece la pena.

    Si queremos entender algo más de esta tradición, tendremos que remontarnos a casi sus orígenes, cuando la tradición oral hablaba de la evangelización que estaba llevando a cabo Santiago en Hispania. Desde Andalucía, pasando por Portugal y Lugo, puso rumbo de nuevo hacia Palestina, donde precisamente por esta labor, fue decapitado. Su cuerpo fue rescatado también por discípulos cristianos, quienes llevaron de vuelta el cuerpo hasta la propia Iria Flavia, en Galicia, para continuar también con la tradición de que cada uno de los evangelizadores fuera enterrado en la tierra donde había desempeñado la función.

    Fue entonces la tradición oral nuevamente quien pone lugar al sepulcro del discípulo, haciendo que muchos acabaran peregrinando siguiendo la Vía Láctea para llegar hasta cerca de Finisterre, donde se encontraba este personaje que inspiró el respeto de todo el que conoció su historia.

    Los caminos del norte, declarados Patrimonio Mundial

    Pese a que su vertiente francesa ya ostentaba este título desde 1993, han sido ahora los Caminos llamados Primitivos, los que llegan a Santiago desde Oviedo, el Camino Costero, con sus casi 950 kilómetros, el Camino Vasco-Riojano que es el que arranca desde Irún y el Camino de Liébana, que parte también desde el Monasterio de Santo Toribio, en Cantabria, los que han conseguido hacerse con esta distinción.

    Lo cierto es que es una más que buena noticia, ya que esta contribución también apoya el hecho de que España es uno de los países con más Patrimonios de la Unesco del Mundo gracias a la riqueza y a la diversidad artística que ha sido consecuencia de ser un país por el que han pasado numerosos pueblos dejando su huella.

    Hablar ahora de la inclusión en la lista de estas cuatro vías para conseguir la Compostelana que todo peregrino busca es hacerlo también de un nuevo atractivo para los turistas que se deciden a ponerse las botas y seguir una ruta que se dice mística y que todo el que la realiza, dice volver cambiado. Hay que tener en cuenta que, pese a hacerlo acompañado, el Camino de Santiago siempre ha estado ligado a un conocimiento del yo interior que hace que cada uno de los que han conseguido llegar a meta digan haber evolucionado en lo personal de una forma antes impensable.